En el mundo de cine de secuelas y de propiedades intelectuales en el cual el séptimo arte se ha convertido en parte del negocio de contenidos, es refrescante ver una historia que, aunque sigue a un arquetipo conocido en el cine: el pistolero veterano, lo hace de una manera casi impecable, mostrando el calibre de quienes ponen en escena este espectáculo.
Michael Keaton es ya un veterano de la pantalla grande, contando con papeles icónicos como Batman y Bettlejuice, a los cuales recientemente ha reinterpretado, pero no es lo único que ha hecho los últimos años. Fungiendo de mentor en películas como Asesino Americano, La Protegida, y hasta un rol memorable como el alocado DJ/presentador de la radio clandestina en Need for Speed, son sólo algunos roles peculiares que ha decidido tomar a estas alturas de su carrera. Este fin de semanana lo veremos en los cines locales con un doble rol, el de protagonista y director en El Plan del Asesino.
John Knox lleva una vida alejado de su familia, viviendo cómodamente, aunque sólo, con ocasionales visitas de su acompañante, Annie, mientras espera el llamado de su amigo Muncie, quien llega con tareas nuevas de su jefe, Jericho, quien les asigna la responsabilidad de eliminar con personas de interés, un arte que Knox ha dominado a la perfección, pero recientemente no se siente muy bien.
Luego de una visita a un especialista, Knox recibe la noticia de que tiene una muy rara enfermedad, que rápidamente está acabando con su mayor cualidad: su mente. Knox ahora tiene pocas semanas antes de que no pueda recordar nada con claridad, para poner sus cosas en orden, pero una serie de eventos desafortunados lo obligarán a elaborar un último plan, que para cuando termine, tristemente no podrá recordar si tuvo éxito o no.
Keaton con esta película logra mezclar elementos característicos del western y el cine noir, y utilizarlos para un drama familiar que toca el tema no sólo de la edad, sino también de la inevitabilidad de la pérdida de facultades de manera repentina, para alguien para el cual estas han definido su vida.
Knox es un hombre calculador, inteligente, y eficiente en su trabajo peculiar y aunque hemos visto este tema tocado en otras historia, como en El Padre con el excelente Anthony Hopkins, esta puesta en escena de este veterano corriendo contra en reloj para un último trabajo llega a mantenerte en el borde del asiento.
A esto sumemos un detalle importante, Keaton se está dirigiendo no sólo a él mismo, sino a un elenco de lujo que incluye a Al Pacino, como un aliado de andanzas a quien su historia juntos le permite confiarle la verdad de su misión, James Marsden, a quien descansa de actuar junto a personajes digitales para interpretar al hijo de Knox, quien se acerca a su padre para pedirle ayuda sin saber lo que le ocurre ya a una Marcia Gay Harden que en los pocos momentos que tiene en pantalla transmite lo necesario para hacerte creer lo importante que es Knox para ella.
Es en este pequeño grupo de actores veteranos, sobre quien pesa la mayoría de las escenas de drama. puedes creerte las interacciones de cada uno de ellos en estos momentos en que semana a semana (como se divide la película) se desarrolla la historia.
Suzie Nakamura hace un buen papel como antagonista, cuya serendipia le hace compartir ciertos rasgos con el protagonista, igualmente lo hace John Hoogernakker como su compañero detective, agregando un poco de humor al largomentraje. Ray Mckinnon como Muncie también tiene un papel breve pero importante.
Todo esto enmarcado en este microcosmo, en el cual Keaton maniobra con pequeños detalles de cámara que nos ayudan como espectadores a sentir mas allá de un set de filmación, estamos en mundo habitado por Knox, en su último golpe, luchando con lo poco que le queda de cordura, para arreglar un gran problema.
Una película que, dependiento de tus gustos eb estilo de narrativa, puede sentirse más lenta de lo que estés acostumbrado, aún así sigue siendo una recomendación para aquellos que quieran ver una buena puesta en escena con buenas actuaciones en la pantalla grande.
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