La obra debut de Joris Mertens nos cuenta una historia autoconclusiva dentro del agitado mundo de una ciudad llena de personas, pero en la cual se puede vivir en una completa soledad.
Béatrice se levanta todos los días para atravesar la tumultuosa ciudad y atender a cientos de personas en su trabajo, pero en los últimos días se ha topado con un objeto extraño durante su viaje diario ida y vuelta.
El descubrimiento de un álbum de fotografía que le muestra la ciudad en donde se mueve, pero en otra época y otra perspectiva, la invitan a un viaje por la misma revisando los lugares que se encuentran en estas fotos.
Con un toque de Media Noche en Paris y otro de Viajero del Tiempo, esta opera prima de Mertens no cuenta con diálogos, pero utiliza muy bien la estructura de sus paneles así como los colores, para transportarnos entre épocas de la mejor manera posible, reafirmando la universalidad de los recursos narrativos del formato.
Mertens no inventa la rueda, pero hace uso correcto de las libertades estructurales que la página le permite, para que la historia de Béatrice nos atrape en esta aventura eatelarizada por alguien que vive su día a día sintiéndose fuera de lugar, hasta que encuentra lo que tanto añora en un mundo diferente.
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